14 de Marzo, Día Mundial del Sueño

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Aprende los tipos y causas del insomnio y cómo atajarlas

El insomnio es la incapacidad para conciliar el sueño o para mantenerlo. Las personas que sufren este trastorno duermen menos horas y el sueño es de menor calidad. Esto repercute directamente en su calidad de vida y puede afectar a sus relaciones personales y laborales.

¿Cuáles son las causas de este problema?

  • Causas primarias. Son las que se relacionan con malos hábitos de descanso, problemas psicológicos como cambios de domicilio, trabajo a turnos, viajes a husos horarios diferentes, edad avanzada, siestas muy largas, cenas copiosas, ingesta de fármacos como hormonas, anticolinérgicos, antihipertensivos, antidepresivos, broncodilatadores…etc, o de sustancias estimulantes como cafeínas, teínas, picantes…etc. También son causa primaria situaciones de duelo, depresión, ansiedad o preocupación.
  • Causas secundarias. Cuando existe una enfermedad de base que repercute en el sueño, como enfermedades cardiovasculares, pulmonares, digestivas, endocrinas o neurológicas, o bien causas ambientales que impiden un sueño profundo como temperaturas extremas.

¿Existen varios tipos de insomnio?

Según su duración hablaríamos de:

  • Transitorio. Si se produce en una época corta y concreta, motivado normalmente por una situación de estrés, o duelo, o cambio de hábitos, o bien por la toma de una medicación, para otro problema puntual.
  • Crónico. Cuando se alarga en el tiempo y produce consecuencias en la vida diaria del paciente.

Para realizar el diagnostico, sobre todo en casos importantes en los que el paciente no descansa adecuadamente, existen numerosas técnicas que van a medir el patrón de sueño. Se exploran síntomas de ansiedad, depresión, enfermedades subyacentes, interferencia de medicamentos o hábitos inconvenientes y se practican pruebas de posibles apneas (interrupciones en la respiración) que interrumpan el sueño del paciente.

¿Hay algún tratamiento?

Existen dos tipos de tratamiento. En primer lugar siempre se va a intentar una reeducación del sueño o terapia conductual, para procurar crear hábitos de descanso que favorezcan el sueño profundo y reparador antes de llegar a una fase en la que sean necesarios los fármacos cuando no es posible conciliar el sueño, o éste es débil y entrecortado.

Recuerda que para dormir bien es necesario:

  • Cenar pronto y ligero para hacer la digestión antes de acostarse.
  • Evitar la cafeína, la teína, el alcohol y el tabaco, ya que estimulan el sistema nervioso.
  • Aumentar la ingesta de alimentos con triptófano o magnesio que inducen al sueño, como lácteos, huevos, miel, plátano, cereales, frutos secos o manzanilla.
  • Establecer una rutina horaria.
  • Dormir en una habitación sin ruidos, a oscuras y con una temperatura no superior a los 21 grados.
  • No dormir siestas más largas de 20 minutos.
  • No ver la televisión o utilizar el ordenador en la cama.
  • Hacer ejercicio regular, pero al menos dos horas antes de acostarse.

Los fármacos más utilizados, son los ansiolíticos o antidepresivos en los casos de causas psicológicas, o hipnóticos si las causas son físicas. Siempre han de ser prescritos por un médico y se deben seguir al pie de la letra sus indicaciones, pues pueden crear dependencia. En ningún caso se debe tomar un medicamento de este tipo sin haber consultado antes el médico.

Pueden ser de gran ayuda las técnicas de relajación, la meditación, el yoga, el taichí, o el pilates para eliminar tensiones, estar más receptivo y favorecer la segregación de melatonina, que ayuda a regular los ciclos del sueño.

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