
¡Cuidado con el exceso de sal en tus comidas!
La sal es necesaria pero siempre con moderación ¿sabes por qué?
La sal de mesa común es cloruro sódico. Tiene un 60% de cloruro y un 40% de sodio.
Los alimentos que ingerimos contienen sodio de forma natural en pequeñas concentraciones. Los procesos de fabricación y transformación de los alimentos también añaden sodio, así que sin añadir nada de sal al cocinar, con una dieta variada consigues cubrir las necesidades básicas de sodio.
La sal forma parte de nuestra vida y es indispensable para un buen equilibrio alimentario. Sin embargo, las necesidades de sal son muy reducidas, una cantidad de sodio razonable en la dieta es de 2 gramos diarios, lo que equivale a la cantidad de sodio que cabe en una cucharilla de café.
El sodio en el organismo es necesario porque mantiene el equilibrio hídrico, controla la tensión, y mejora la función muscular y el sistema nervioso.
Si te falta sodio, por deshidratación, ejercicio físico intenso, o malnutrición, se produce hiponatremia, que conlleva fatiga, calambres, confusión, problemas de memoria y concentración, debilidad y, en casos graves, letargo y shock.
Pero el exceso de sodio es igualmente peligroso, ya que produce retención de líquidos, dificulta la función renal y eleva la tensión y el riesgo de problemas cardiocirculatorios.
¿Qué debes comer para no excederte con la sal?
- Consume muchas frutas y verduras tanto frescas como cocinadas. Pueden ser congeladas, pero evita que sean embotadas.
- Bebe dos litros de agua al día.
- Haz que tu dieta sea muy variada. No elimines alimentos, come de todo.
- Consume: carnes magras, sobre todo de pollo y pavo, pescados blancos y azules, huevos, legumbres, cereales, mejor integrales para añadir fibra, pasta y arroz, mejor integral, patatas y lácteos y derivados. Y utiliza para cocinar aceite de oliva virgen.
Consume con moderación, los alimentos procesados o precocinados tipo pizzas o hamburguesas, embutidos como el chorizo o el jamón, pescados en salazón y ahumados, carnes curadas, tocino, beicon, salsas saladas, como la salsa de soja o la mostaza, los cubitos de caldo, las sopas de sobre, los alimentos enlatados, los frutos secos salados, los quesos curados, los encurtidos y los chips o snacks salados.
Da sabor a los alimentos utilizando ajo, cebolla, pimienta, limón o hierbas aromáticas. Estarán igual de ricos y aprenderás a distinguir mejor el gusto natural de los alimentos.
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