Factor de riesgo cardiovascular (I): El sendentarismo

Factor de riesgo cardiovascular (I): El sendentarismo


El sedentarismo es un factor de riesgo cardiovascular que pertenece al grupo de los factores modificables, ya que podemos hacer algo para evitarlo.

Los cambios en los hábitos de vida, promovidos por una mejora de los sistemas de transporte, de la tecnología y por un ocio que no favorece la actividad física, han hecho que los comportamientos sedentarios se hayan instaurado en nuestras costumbres.

Todos los estudios científicos apuntan a que la falta de actividad física puede ser un factor de riesgo para nuestro corazón, más importante incluso que el sobrepeso. De hecho, la práctica habitual de ejercicio físico incide favorablemente en el resto de factores de riesgo cardiovascular.

Realizar ejercicio, del tipo que sea:

  • Ayuda a mantener un peso adecuado.
  • Mejora la circulación, la respiración y disminuye la tensión arterial.
  • Equilibra los niveles de glucosa en sangre.
  • Ayuda a eliminar el colesterol malo o LDL.
  • Mejora el equilibrio.
  • Mejora la concentración y la coordinación.
  • Reduce el riesgo de caídas.
  • Disminuye los dolores corporales.
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Aumenta la masa muscular, la resistencia y la flexibilidad.
  • Mejora el humor.
  • Reduce el estrés.
  • Aumenta la autoestima.
  • Te hace socializar y formar parte de un grupo.
  • Te hace ser más feliz y tener más ganas de ponerte metas.

Si tu trabajo no te permite mucho movimiento, puedes hacer muchas cosas en tu puesto para no pasar ocho horas sin levantarte de la silla o de pie sin moverte:

  • Ve al baño, camina al hablar por teléfono o sal a tomar un zumo a media mañana. Así activarás el flujo sanguíneo y moverás los músculos.
  • Haz rotaciones en los tobillos. Hacia dentro y hacia fuera. Arriba y abajo. Liberarás la contracción de los gemelos y favorecerás el retorno venoso.
  • Cambia de postura a menudo, estira la espalda y el cuello y relájate durante un par de minutos respirando de forma consciente y profunda.

Con sólo 20 minutos de actividad física diaria se reduce hasta en un 20% el riesgo cardiovascular.

Estás a tiempo. Muévete. Sal a caminar, corre, nada, pedalea, apúntate a clases de aeróbic, baile o juega al pádel con un amigo. Te sentirás mucho mejor y estarás cuidando tu corazón.

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