
¿Te muerdes las uñas?
Te ayudamos a dejar esta costumbre de la manera más sencilla.
Morderse las uñas de manera repetida se denomina onicofagia.
Es más común en niños y adolescentes y habitualmente desaparece con la edad. Puede ser leve y puntual o convertirse en un hábito importante y crónico.
Alrededor de un 30% de los niños entre 7 y 10 años se muerde las uñas, al menos ocasionalmente, es decir, en épocas de más nervios o inseguridades. Durante la adolescencia ese porcentaje puede aumentar hasta el 40%.
¿Qué problemas físicos produce morderse las uñas?
- Hace que tengan un aspecto descuidado y las manos tengan mala apariencia.
- El esmalte dental de los incisivos, que son los dientes qué más se utilizan, se debilita y lesiona.
- Pueden aparecer problemas en la mandíbula, por ejercer presión constantemente.
- Son frecuentes las lesiones en la mucosa de la boca y en las encías debido a pequeñas infecciones, ya que las uñas suelen estar contaminadas.
- Se puede llegar a sufrir paroniquia, una infección bacteriana grave que se origina por arrancar la piel de alrededor de las uñas al morderlas.
Pero no te preocupes. Dejar de morderse las uñas no es misión imposible. Vamos a intentar ayudarte a conseguirlo.
¿Qué podemos hacer para poder dejar esta costumbre?
- Sigue una dieta equilibrada, con abundantes vegetales y menos alimentos procesados. Los residuos y toxinas acumuladas no te dejan sentirte bien y te producen picores, desazón y malestar.
- Mantén las uñas bastante cortas, cuida los padrastros y darles forma con una lima para evitar picos.
- Aplícate una crema reparadora con aloe vera o aceites esenciales que nutren la piel.
- Utiliza un esmalte de uñas de venta en farmacias con sabores poco agradables, que conseguirán “persuadirte”, a ti o a tu hijo, de no morderlas.
Un truco más casero pero igual de efectivo es el aloe vera. Frota un trozo de penca sobre tus uñas. A pesar de sus propiedades calmantes y antiinflamatorias tiene un sabor amargo. - Identifica cuáles son los momentos en los que más frecuentemente acabas mordiéndote las uñas. Por ejemplo cuando ves la televisión, cuando esperas al autobús, cuando discutes, cuando estudias… También en qué momentos no lo haces, como por ejemplo en un entrenamiento de fútbol, o cuando escribes, cuando trabajas o cuando comes… Así será más fácil evitar o modificar situaciones de riesgo.
- A los niños les va a ser algo más difícil dejarlo, si no entienden el porqué. Por ello es importante, si el niño tiene edad para comprenderte, que se lo expliques tranquilamente y con serenidad y propongas un incentivo que le ayude a lograr la meta.
- Prueba este ejercicio de concienciación:
Lleva un dedo hacia tu boca pero no llegues a tocar tus labios. Aguanta unos segundos ahí con la boca cerrada y aléjalo. Repite varias veces este paso.
Después mete el dedo entre los dientes y aguanta sin morderte la uña. Saca y repite.
Si eres capaz de repetir este ejercicio con éxito, enseñarás a tu cerebro a superar la tentación y reforzará tus objetivos. En poco tiempo notarás que cada día te cuesta menos.
Pon un poco de tu parte y seguro que lo lograrás fácilmente. Si tienes alguna duda, pregunta a tu médico.
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