
Factor de Riesgo cardiovascular V: La obesidad
La obesidad es un factor de riesgo cardiovascular muy prevalente hoy en día. La relación entre el sobrepeso y las enfermedades del corazón es bastante compleja porque a ella se unen otra serie de factores añadidos como la hipertensión, el colesterol elevado o la diabetes tipo 2.
¿Qué riesgos tiene la obesidad en nuestra salud?
- Hipertensión. El corazón debe trabajar con un esfuerzo mayor y eso aumenta la presión arterial.
- Hipercolesterolemia y triglicéridos altos. Aumentan la posibilidad de formación de placas de ateroma.
- Problemas cardíacos. Relacionados con los dos puntos anteriores: patologías coronarias, ACV, insuficiencia cardíaca, arritmias o fibrilación auricular.
- Diabetes Mellitus. El exceso de grasa acumulada en las vísceras produce resistencia a la insulina, lo que hace subir el azúcar en sangre.
- Problemas óseos y articulares. Por el peso que debe soportar el esqueleto.
- Apnea del sueño.
- Problemas en el hígado y mayor predisposición a los cálculos biliares.
Para determinar si la obesidad de una persona representa un riesgo importante para su salud se utilizan varios tipos de medición.
- El índice de masa corporal, que se calcula utilizando el peso y la altura del individuo.
IMC= peso (kilos)/altura (en centímetros) al cuadrado.
Se considera sobrepeso si el IMC es mayor de 25. Obesidad de bajo riesgo si es mayor de 30. Obesidad de riesgo medio por encima de 35 y riesgo elevado si supera los 40. - Circunferencia de la cintura. El riesgo de diabetes y sobre todo el riesgo cardiovascular está muy relacionado con tener una medida de cintura mayor de 90cm en mujeres y de 100cm en hombres.
Además se deberá tener en cuenta el estilo de vida de la persona, si es o no fumador, su alimentación, si su trabajo es sedentario y si practica o no alguna actividad física.
¿Cómo podemos cuidar el peso para eliminar este factor de riesgo para nuestro corazón?
- Mantente activo. Practica alguna actividad física al menos tres día por semana.
- Cuida tu alimentación. Incrementa la ingesta de productos frescos, frutas y verduras, lácteos desnatados, cereales integrales y legumbres, carnes magras y pescado azul.
- Bebe mucha agua. Dos litros cada día. Te ayuda a eliminar toxinas y a llevar a cabo todos los procesos del organismo.
- Haz cinco comidas al día. Toma un tentempié ligero a media mañana y de merienda.
- No te saltes el desayuno. Te da energía y despierta el metabolismo.
- Cocina al horno, al vapor y a la plancha. Los fritos y rebozados, sólo ocasionalmente.
- Realiza analíticas periódicas para comprobar cómo están tus niveles de colesterol, triglicéridos, ácido úrico y azúcar. Así podrás actuar y prevenir problemas futuros. Vigila también tu tensión arterial.
Pide consejo a tu médico si tienes dudas o preguntas. Tu corazón te lo agradecerá.
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