La pedrada o rotura del gemelo

La pedrada o rotura del gemelo


Una de las lesiones más frecuentes y molestas en deportistas.

La pedrada o rotura del gemelo, es una rotura fibrilar, que aparece de forma súbita. El dolor que provoca es similar al del golpe de una piedra en la pierna. Según la gravedad, la lesión puede ir desde una contracción brusca de las fibras musculares, hasta una rotura completa.

¿Cuáles son las causas que lo producen?

Las causas de esta lesión son muy diversas, así que es difícil asegurar que un tipo de ejercicio concreto, o un esfuerzo en un momento dado, haya sido el causante. Normalmente existen varios factores:

  • La morfología del gemelo. Es un músculo doble, que contiene muchas fibras rápidas propensas a lesionarse sin razón aparente.
  • Un estiramiento brusco, con el músculo a baja temperatura.
  • Descoordinación neuromuscular.
  • Una parada repentina.
  • Fatiga muscular, por no respetar los periodos de descanso, el calentamiento y el estiramiento.
  • Pérdida excesiva de líquidos y sales, por ejemplo en pruebas muy exigentes con sudoración profusa y una insuficiente hidratación.
  • Calzado inadecuado, sin amortiguación o incorrecto para el tipo de entrenamiento y el suelo.
  • Apoyo erróneo por lesiones previas que producen malas posturas.
  • Piso irregular y deslizante.
  • Frío extremo o calor excesivo, que evitan el calentamiento gradual del músculo.

¿Qué tratamiento debes seguir si has sufrido una rotura gemelar?

Dependerá de la gravedad de la lesión, pero las pautas generales son las siguientes:

  • En las primeras 48 horas:

Aliviar el dolor y reducir la inflamación. Para ello el médico te prescribirá analgésicos y antiinflamatorios. Deberás aplicarte hielo local durante diez minutos cada dos horas, y estar en reposo absoluto, sin apoyar la zona y con un vendaje compresivo.

  • A partir del tercer día y hasta que se cumpla una semana:

Una vez reducida la inflamación se recomienda aplicar calor para preparar la zona a una movilización, que será suave y progresiva hasta recuperar el movimiento completo. Se pueden realizar contracciones isométricas, es decir, generar una tensión pero sin alargamiento ni acortamiento del músculo, y estiramientos en el caso de que no se haya producido rotura de fibras sino sólo distensión.

  • A partir de la semana:

Se continuará con el trabajo isométrico iniciado, según tolerancia, y se acompañará de estiramientos activos y pasivos y de ejercicios con movimiento.

Se podría retomar la actividad deportiva normal a partir de la cuarta semana, con especial cuidado en el calentamiento previo, la intensidad y velocidad y siempre bajo estricto control de tu médico y/o fisioterapeuta, para evitar futuras lesiones.

Si te cuidas y sigues las indicaciones de los profesionales, la rotura de gemelo se curará sin problemas ni secuelas. Evita que vuelva a producirse calentando y estirando correctamente siempre, calzando las zapatillas adecuadas según la actividad que practiques e hidratando tu organismo.

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