
¿Por qué es bueno vacunarse de la gripe?
Recuerda los beneficios de la vacuna antigripal
Como cada año, en octubre comienza la campaña de vacunación contra la gripe.
La gripe es un proceso vírico, producido por el virus influenza, que afecta al sistema respiratorio y se contagia muy fácilmente a través de las gotas de saliva que vuelan por el aire tras toser o estornudar, o por el contacto con superficies contaminadas y mucosas infectadas.
En principio, la gripe no es una enfermedad grave, pero hay personas de más riesgo. Los bebés, personas ancianas, o enfermos respiratorios tienen un peor pronóstico y deben extremar los cuidados para no contagiarse.
Los síntomas de la gripe son: fiebre alta, dolores musculares y en las articulaciones, dolor intenso de cabeza, estornudos, escalofríos, malestar general y tos.
¿Cómo se puede evitar el contagio?
- Cuida la higiene de manos.
- Ventila los lugares cerrados.
- Tápate siempre la boca con un pañuelo desechable al toser y estornudar.
- Lleva una alimentación variada y saludable (fruta fresca, verduras…)
- Vigila la limpieza de utensilios utilizados por la persona enferma (cubiertos, vasos, teléfono…)
- Vacúnate. Es, sin duda, la forma más eficaz de prevenir el contagio.
Beneficios de vacunarse
El virus influenza, responsable de la gripe, muta todos los años. Por tanto, aunque te hayas vacunado hace un año, pierde la eficacia y al año siguiente deberás repetir la vacunación.
¿Quién debe vacunarse y por qué es bueno?
La vacunación antigripal puede evitar que se contraiga la enfermedad. Protegerse de la gripe vacunándose, significa evitar su transmisión, y así también proteger a las personas del entorno.
De esta forma, también protegemos a las personas que son más vulnerables y pueden enfermar con mayor gravedad a causa de esta enfermedad, los colectivos de riesgo, que son:
- Personal sanitario.
- Embarazadas.
- Niños y adultos que presenten: enfermedades respiratorias o cardíacas, inmunodeficiencias, pacientes oncológicos, trasplantados, diabéticos, enfermos renales y con obesidad importante.
- Mayores de 65 años.
Las vacunas estás compuestas por virus inactivos y se administran vía subcutánea en una sola dosis.
El objetivo de la vacuna es reducir el contagio, las tasas de hospitalización, la incidencia de la enfermedad y las complicaciones. Los problemas más frecuentes son el agravamiento de enfermedades ya existentes en el paciente, o infecciones bacterianas que aprovechan las bajas defensas y proliferan pudiendo causar bronquitis o neumonía. Además la gripe también puede descompensar una diabetes, o una insuficiencia cardíaca o renal con los riesgos que esto supone. La eficacia de la vacuna está en un 70-90%.
No debe administrarse en personas con hipersensibilidad a las proteínas del huevo. En caso de duda siempre hay que preguntar al médico.
La reacción a la vacuna puede ser local, con un ligero edema de la zona del pinchazo, o un malestar leve.
Pregunta en tu médico y no dudes en vacunarte si estás en un grupo de riesgo. Así pasarás el invierno protegido de este molesto e insistente virus.
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