
El valor del optimismo
Estudios han demostrado que ver las cosas de forma positiva nos activa y ayuda a vivir más años
Solemos decir que la felicidad reside en las pequeñas cosas. Un abrazo, un paseo por la montaña o saborear un café caliente. Hay ciertas situaciones que, sin saber por qué, nos hacen sentir bien. Pero ahora hay una explicación científica detrás. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han descubierto que las personas más satisfechas con su vida viven más años.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, ha medido la cantidad de tiempo que las personas pasan sintiéndose bien o mal a lo largo del día y cómo de felices se sienten. Después de entrevistar a 4.753 personas, los resultados sugieren que pequeñas dosis de felicidad diaria favorecen la longevidad, y ponen de manifiesto la importancia de adoptar una actitud más optimista, mantenernos activos y participar en actividades sociales para vivir más y mejor.
Cómo ser más optimista
El Instituto Europeo de Psicología Positiva, que analiza la influencia del positivismo en la calidad de vida de las personas, recomienda algunas medidas para ser más optimista:
- Cambia tu lenguaje
Incorpora en tu vida palabras positivas como alegría, gratitud, serenidad, interés, esperanza, orgullo, diversión…La neurociencia cognitiva nos cuenta que las palabras positivas activan el tiempo de reacción del cerebro frente a las neutras o negativas, lo que nos hace ser más creativos y motivarnos más. Al cometer un error, intenta hablarte como lo harías a un amigo, en lugar de castigarte como si fueras tu peor enemigo.
- Sé consciente del ahora
No dejes que los nervios de una reunión o el enfado por un descuido te arruinen el momento presente. Disfruta de los pequeños placeres, cómo el sol acaricia tu cara, el sabor de lo que comes, apreciar lo que lees o gozar del parque con tus hijos. Deja de pensar en planes futuros y pasados por un rato.
- Haz cosas que te llenen
Suficientes responsabilidades y compromisos tenemos en la vida y de los que no nos podemos librar, como para no regalarnos algunos momentos para hacer lo que queramos. Apúntate a clases de danza, haz rutas fotográficas, sé voluntario en alguna asociación o retoma aquel curso que dejaste a medias. Eso te nutrirá por dentro y te cargará de energía para seguir adelante con una sonrisa.
- Cuida tus relaciones
El peor enemigo de la felicidad es sentirse solo. Puedes reunirte con tus amigos, inscribirte en un grupo de montaña o reencontrarte con esos primos que no ves hace tiempo. No sentirte aislado aumentará notablemente tu optimismo.
- Persigue tus metas sin prisa
Intentar cumplir tus propósitos es muy loable, pero tampoco hay que agobiarse. Hazlo sin prisas, paso a paso. Sé realista y ponte retos más asequibles y a corto plazo. Al ir alcanzando tus logros, felicítate y prémiate con algún regalito.
- Ponte en marcha
La actividad física libera tensiones y nos hace que producir más endorfinas, unas pequeñas proteínas que actúan como neurotransmisores de placer y buen humor. Tampoco es necesario practicar un deporte durante horas; basta con pequeños ejercicios diarios como caminar, subir y bajar escaleras o bailar descalzo.
- Aliméntate bien
Una dieta variada, rica en frutas, verduras y legumbres hará que tu organismo tenga los nutrientes esenciales para funcionar correctamente. Intenta dedicar tiempo al desayuno, la comida y la cena: siéntate y come relajado, sin distracciones. Saborea cada bocado e ingiere cantidades moderadas. Recuerda: mens sana in corpore sano, es decir, una mente sana en un cuerpo sano.
Si tenemos en cuenta estas sugerencias sobre alimentación, descanso, relaciones y salud conseguiremos una vida más longeva y, sobre todo, más plena y feliz.
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