Flexitarianismo, menos carne y más verduras

Flexitarianismo, menos carne y más verduras


Esta filosofía alimentaria nos propone “vegetarianizar” los menús sin dejar la carne del todo

El término ‘flexitariano’ es la suma de las palabras ‘flexible’ y ‘vegetariano’ y reúne en sí mismo su significado. Aunque suene a una nueva tendencia dentro de la alimentación saludable, en realidad esta vertiente nació en los años 90 en Estados Unidos y Reino Unido para referirse a aquellas personas que siguen una dieta vegetariana, pero que de manera ocasional consumen carne y pescado.

Lo que caracteriza esta tipo de dieta es la frecuencia con la que ingerimos los alimentos de origen animal y no la prohibición de unos productos u otros.

Esta filosofía alimentaria aporta múltiples beneficios a la salud del organismo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud considera más sana una alimentación con un consumo bajo de carnes rojas y procesadas (hamburguesas, salchichas, beicon, embutidos, etc.) y la ingesta de cinco frutas y dos hortalizas al día para protegernos de enfermedades como la diabetes, las cardiopatías y el cáncer.

Claves de la alimentación flexitariana

  1. Menos carne

Esta premisa básica puede ayudar a mejorar el estado general de nuestra salud, siempre y cuando los nutrientes que nos aporta la carne los obtengamos de otro alimento, como las legumbres o los frutos secos.

  1. Más hortalizas frescas

Los flexitarianos suelen abogar por el la agricultura ecológica y local, en la medida de lo posible. Este tipo de agricultura no solo cuida la salud de uno mismo, debido a la mayor calidad de estas frutas y verduras, sino que también cuida el medioambiente.

  1. Frecuencia de alimentos

Se considera flexitariano la persona que no consume carne más de dos o tres veces por semana. Es decir, no entrarían aquellos quienes una vez a la semana hacen una comida vegetariana o comen poca carne y pescado, sino esos que siguen una dieta vegetariana a diario pero ingieren alimentos de procedencia animal de forma puntual.

  1. Más proteínas vegetales

Para sustituir la proteína animal de la carne y el pescado, los flexitarianos añaden a su alimentación habitual, sobre todo, lácteos, huevos, legumbres, verduras de hoja verde y soja, que poseen un alto contenido de proteína vegetal.

  1. Otro tipo de hierro

Al igual que ocurre con las proteínas, el hierro de origen animal (paté, foie, vísceras) se absorbe mejor que el de los vegetales. Por ello, hay que incorporar alimentos como las algas, las semillas de sésamo, las lentejas, la avena o la quinoa, que poseen gran cantidad de este mineral. Cabe recordar que los cítricos, ricos en vitamina C, nos ayudarán a absorber el hierro de estos germinados.

  1. Mejora la salud cardiovascular

Recientes estudios han demostrado que la ingesta de menos de 50 gramos de carne roja al día se asocia a menores casos de mortalidad por enfermedades relacionadas con el corazón, por lo que consumir dos veces a la semana unos 150-200 gramos de carne puede favorecer la salud general del organismo.

Igualmente, ingerir un mayor volumen de verduras y hortalizas nos ayudará  a controlar del peso corporal y a reducir el riesgo de sufrir trastornos metabólicos, como la obesidad y la diabetes tipo 2.

En estos últimos años en el que se alerta del abuso del consumo de carne, una alimentación con mayor peso de los vegetales puede ser muy beneficiosa para la salud del organismo.

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