Consejos básicos para las vacaciones

Consejos básicos para las vacaciones


No dejes que una mala previsión perjudique tu salud y arruine tus días de desconexión.

Si te vas de vacaciones, probablemente lleves meses planeando rutas, itinerarios y planes para ocupar las tan esperadas horas de ocio. Pon atención a nuestros consejos para que no se te olvide nada importante que  pueda enturbiar tus días de vacaciones:

1. Llevar un botiquín básico: el equipo esencial variará en función del país de destino, el tipo de viaje y las personas que formen parte de la aventura. No hay que olvidar meter suero fisiológico (para limpiar rozaduras o heridas), povidona yodada (solución desinfectante y antibacteriana que evita infecciones), apósitos para cubrir y curar heridas (gasas, tiritas, y tiritas especiales para ampollas) y productos de fijación como esparadrapo.

También hay que añadir una crema solar, repelente de insectos, termómetro y analgésicos simples. Si se viaja a zonas más remotas, de difícil acceso a centros sanitarios y medicamentos, es preferible consultar con un médico los productos concretos que pueden necesitarse (antibióticos, antidiarreicos…).

2. Revisar las vacunas: es recomendable acudir a un Centro de Vacunación Internacional entre 4 y 8 semanas antes del viaje para comprobar que se tienen las vacunas obligatorias para entrar al país de destino.

3. Contratar un seguro de viaje: el Ministerio de Sanidad de España aconseja a los viajeros pedir información sobre los posibles convenios recíprocos en materia de asistencia sanitaria entre el país de residencia y el país de destino y contratar un seguro médico especial en aquellos destinos donde los riesgos sanitarios son importantes y la asistencia médica es cara. Para recibir información al respecto, podemos dirigirnos a las Direcciones Provinciales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

Asimismo, en función del país que se visite, es recomendable inscribirse en el Registro de Viajeros del Ministerio de Asuntos Exteriores con el fin de estar localizables en caso de emergencias graves.

4. Hidratarse adecuadamente: en trayectos en avión o en barco, pueden producirse mareos y náuseas, por ello es aconsejable beber abundante agua durante los viajes largos, levantarse con frecuencia del asiento y llevar ropa holgada.

La altura, la temperatura y la radiación ultravioleta en países de destino también pueden producir ciertas molestias. Para prevenirlas, es mejor no volar directamente a zonas de gran altitud y beber como mínimo 2 litros y medio de agua al día (si se hacen esfuerzos físicos, unos 3 litros).

5. Ser precavido con los alimentos: para librarnos de enfermedades infecciosas (como cólera, hepatitis A y E, salmonellosis, fiebre tifoidea) y parásitos intestinales, se debe rehuir del consumo de agua corriente y comida potencialmente contaminada. Lo que se conoce como “la diarrea del viajero” puede ocasionar mareos, fiebre, vómitos y descomposición de uno a tres días. Deberíamos comer solamente alimentos cocinados y que aún están calientes, hervir el agua o desinfectarla con pastillas potabilizadoras si origen nos resulta un poco dudoso e, incluso, no cepillarnos los dientes con agua incierta.

6. Protección ante los insectos: los expertos sugieren la aplicación sobre la piel de repelentes y el uso de mosquiteras para dormir, ya que algunos bichos transmiten dolencias como el dengue o la malaria. Del mismo modo, también es recomendable usar aire acondicionado o ventilador y cubrirnos la mayor parte del cuerpo con ropa ligera y de colores claros.

7. Evitar las quemaduras solares: los dermatólogos recuerdan que es imprescindible no exponerse al sol entre las 12h y las 16h, aplicar crema alta de protección solar, con factor de protección solar o SPF de 30 o 50, media hora antes de tomar el sol, renovar el uso de crema cada dos horas o cada vez que nos bañemos, así como utilizar gorras y sombreros.

Especialmente, no deberíamos tumbarnos al sol en las horas centrales del día, ni quedarnos dormidos sin antes poner una alarma o avisar a alguien que nos despierte. Si aún así sufrimos una quemadura solar en la piel, es conveniente refrescar la zona con agua o paños fríos y aplicar hidratación (body milk, after sun, aloe vera) en la zona.

8. ¿Qué hacer ante una bajada de tensión?: se consideran valores normales de tensión cuando se sitúan entre 105 y 130 como máximo y de 60 a 80, los mínimos. Cuando estos niveles disminuyen puede ser que nos sintamos débiles, mareados, con náuseas, con visión borrosa e, incluso, que perdamos el equilibrio. Ante estos síntomas, es recomendable mojarse la frente con agua fría, ponerse bajo la sombra y descansar un rato.

9. Conducción segura: antes de iniciar un viaje por carretera es imprescindible poner el coche a punto mediante una revisión completa, haciendo hincapié en los frenos, aceite, ruedas, etc. Una vez estemos frente al volante, se aconseja no ingerir comidas copiosas ni alcohol, hidratarse regularmente aunque no se tenga sed y no comer mientras se conduce. Es aconsejable hacer paradas cada 2 horas para descansar, comer o realizar algunos estiramientos. Se recomienda mantener la temperatura del coche entre 19 y 24 grados, ya que ayuda a retrasar la sensación de fatiga.

Por último, no hay que olvidar conducir siempre dejando la distancia de seguridad con el vehículo de delante, esto nos permitirá advertir con antelación posibles imprevistos y maniobrar sin riesgos.

10. Conocer los teléfonos de emergencias: llevar con nosotros (sobre papel o en el móvil) algunos números de teléfono, pueden sernos de gran utilidad para actuar frente accidentes, pérdidas de documentación o atracos.

El número 112 es válido en todos los estados miembros de la Unión Europea y algunos de sus países vecinos como Suiza, Montenegro, Turquía, Israel y Rusia. En Estados Unidos, Canadá y México el número en caso de emergencia es el 911.

11. Informarse de los riesgos en países: la información que se ofrece sobre cada país, publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye los requisitos y las recomendaciones para los viajeros respecto a ciertas enfermedades. Así, es importante que nos cercioremos de los requisitos del lugar que vamos a visitar consultando al consulado o a la embajada pertinente.

Si sigues estas sencillas recomendaciones, seguro que gozarás de las vacaciones que te mereces sin que tu salud ni tu bienestar se resientan.

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