Bronquitis, infección en los pulmones

Bronquitis, infección en los pulmones


Tratar bien la inflamación de las vías respiratorias es vital para que ésta no empeore.  

La bronquitis es una enfermedad respiratoria que consiste en la inflamación de los bronquios, que son las vías respiratorias que llevan el aire hasta los pulmones. La dolencia acarrea tos, expectoración y mucosidad, pudiendo provocar dificultades para respirar, jadeos, fiebre alta y presión en el pecho. Se trata de una dolencia muy frecuente, que puede afectar a cualquier grupo de edad y que suele remitir a las dos semanas, sin mayores complicaciones.

La infección se origina, principalmente por un virus y, en casos muy puntuales, por una bacteria. Al igual que otras infecciones de las vías respiratorias, suele aparecer durante el invierno y a principios de primavera, debido, entre otras causas, a las bajas temperaturas y a la humedad elevada.

Los virus respiratorios son los responsables de cerca del 90% de bronquitis aguda, estos se transmiten por el aire cuando las personas afectadas tosen, o cuando las manos sucias tocan la boca, la nariz o los ojos después de estar en contacto con los flujos respiratorios de alguien enfermo.

Tipo de bronquitis

  • Aguda: se suele producir después de un resfriado o gripe y suele tener una duración de unos 7-10 días, a pesar de que sus síntomas resultan bastante fuertes (tos seca, secreción nasal, dolor de garganta, fiebre). La tos puede alargarse unos meses.
  • Crónica: tiene mayor duración, pudiendo prolongarse años. Es un tipo de EPOC (junto con el asma y enfisema) y está muy relacionada con el hábito del tabaco. Además de tos, puede ocasionar silbidos al inspirar y sensación de ahogo.

Factores de riesgo

La bronquitis aguda y la crónica no siempre se pueden prevenir. Pero, se pueden tomar medidas para que el riesgo de contraerlas sea menor.

  1. Tabaco: es la principal causa de bronquitis crónica; cerca del 15% de los fumadores la padecen. El humo irrita e inflama el tejido bronquial, ocasionando o empeorando la bronquitis aguda. A la larga, muchos fumadores pueden desarrollar EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).
  2. Infección respiratoria: la bronquitis puede aparecer tras una complicación de otras dolencias del aparato respiratorio como resfriados, alergias, tos ferina, difteria, escarlatina o sarampión, que no se han cuidado bien en su momento.
  3. Ataque de asma: una crisis asmática mal tratada puede desembocar también en una bronquitis.
  4. Ambientes inadecuados: estar expuesto a químicos, humos, gases, calefacción, metales contaminantes como el amianto, polvo o harina durante un tiempo extenso puede, a la larga, desencadenar en inflamación de las mucosas respiratorias.

Cómo se trata la bronquitis

  1. Medicamentos: el médico puede recetar jarabes para calmar la tos, inhaladores para dilatar los bronquios, mucolíticos para expulsar las flemas, analgésicos para rebajar la fiebre y el dolor y, si se sospecha que puede estar causada por una bacteria o hay riesgo de sobreinfección, puede recomendarse antibióticos. En casos de dificultad respiratoria podría prescribirse terapia con oxigeno.
  2. Reposo: se suele aconsejar también reposo en cama, inhalaciones de vapor e ingestión abundante de líquidos para disolver la expectoración de los pulmones.
  3. Higiene: es aconsejable lavarse las manos con frecuencia para disminuir la exposición a todo tipo de microbios. Además, intenta evitar otros irritantes pulmonares, como el humo de otros fumadores, el polvo, los gases, los vapores y la contaminación del aire.
  4. Infusiones: la tila es una planta antiespasmódica que sirve para aliviar la tos, gracias a sus propiedades diaforéticas que ayudan a elevar el sudor corporal. Puede ser beneficioso consumir dos vasos diarios de agua con media cucharadita de flores secas.
  5. Vapores con eucalipto: las plantas expectorantes como el eucalipto ayudan a expulsar las flemas o secreciones acumuladas. Se puede hervir 60 gramos de hojas por litro de agua, y aspirar tapándose la cabeza con una toalla.

Los niños tienen mayor predisposición a sufrir complicaciones respiratorias, debido a un sistema respiratorio y sistema inmune más débil. Por este motivo, es esencial acudir al pediatra si la mucosidad, la tos, el pecho cargado o los ronquidos no desaparecen.

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