
Triptófano, el aminoácido feliz
Esta sustancia, presente en los alimentos, ayuda a calmar y regular el sistema nervioso
El triptófano es un aminoácido esencial, que obtenemos a través de la alimentación, y que se conoce por su efecto tranquilizante del sistema nervioso. Es precursor de la serotonina (la ‘hormona de la felicidad’), un neurotransmisor que regula el sueño, equilibra los estados de ánimo e interviene en el control del apetito.
El triptófano es indispensable para el crecimiento correcto de los recién nacidos y para el equilibrio de nitrógeno en los adultos. Además, colabora en la producción de niacina, una vitamina con funciones energéticas. Eso sí, para que el triptófano realice adecuadamente sus funciones necesita que haya suficientes niveles de vitamina B6 y de magnesio.
Alimentos ricos en triptófano
Los alimentos de origen animal son los que contienen más triptófano, principalmente los huevos y la leche. En menor proporción, la carne y el pescado.
Huevos, lácteos, pescado azul y carne
Legumbres: lentejas, soja, garbanzos, judías, guisantes, habas, etc.
Cereales: arroz, trigo, avena, cebada, centeno, etc.
Frutos secos: almendras, pistachos, anacardos, piñones, castañas, etc.
Frutas: fresas, aguacates, mangos, naranjas, dátiles, pomelos, arándanos, uvas, manzanas, etc.
Verduras y hortalizas: rúcula, berros, espinacas, calabazas, espárragos, coliflores, coles de Bruselas, patatas, apio, cebolla, coles, ajos, lechugas, berenjenas, zanahorias…
Una dieta equilibrada puede aportar unos 1000 ó 1500 mg al día de L-triptófano (su precursor), por lo que las necesidades estarían cubiertas, siempre que existan las enzimas que intervienen en su metabolismo y no haya interferencias en su absorción.
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