
Pasos para dejar de fumar y no recaer
Romper con el tabaco es difícil, pero no imposible. Te contamos cómo hacerlo.
El 60% de los fumadores se ha planteado alguna vez dejar de fumar, sobre todo a partir de los 50 años, según datos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Abandonar este hábito puede reportarnos grandes beneficios para la salud: menor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares e infarto cerebral, además de ventajas que el ex fumador notará enseguida, como la recuperación del olfato y del gusto o la mejora de la congestión y la fatiga.
Sin embargo, aunque las ganancias son numerosas, las recaídas cuando se intenta dejarlo son bastante frecuentes. Con motivo del Día Mundial sin Tabaco (31 de mayo) nos gustaría animarte a romper esta relación tóxica para siempre, a vivir sin nicotina y a iniciar una nueva etapa más saludable. Es el momento de dar el paso definitivo y empezar a ganar en salud y en calidad de vida.
Consejos para abandonar el tabaco (y no volver)
Los expertos apuntan que la dependencia física al tabaco se supera a los pocos días, pero la psicológica es la principal causa de las reincidencias.
1. Proponte una fecha
Márcala en el calendario, elige un aliado que te ayude y sustituye la cajetilla por fruta, caramelos sin azúcar o una pelota antiestrés.
2. Rompe la relación entre hábito y cigarro
Suele asociarse el acto de fumar con ciertos instantes y sensaciones que hay que ir abandonando, como tomar algo en una terraza, rodearse de fumadores, un episodio de nervios, beber café… Relájate, distráete y, si es necesario, cambia de hábito.
3. No te sientas culpable
Muchos ex fumadores que se reenganchan se sienten avergonzados o culpables. No hay que recrearse en estas emociones negativas, sino mirar hacia delante. Fallar una vez no significa que no se pueda conseguir. Debemos aprender de la experiencia, lo que nos acercará un poquito más a alcanzar nuestra meta.
4. Lucha contra la tentación
Es aconsejable identificar esas situaciones en las que apetece mucho fumar y planificar de antemano para intentar hacerles frente.
– Automotívate: recuerda a menudo por qué has dejado de fumar, los beneficios que estás obteniendo y felicítate cada día que no fumes. Plantéatelo como un reto diario “hoy no voy a fumar”.
– Distráete: cuando sientas que el tabaco acapara tu pensamiento, intenta distraerte con algo que ocupe tu mente, llama a alguien, escribe un mensaje, haz una lista de compra o de tareas pendientes, cocina, mantén las manos ocupadas, completa un sudoku, etc.
– Opta por una vida sana: practica alguna actividad física de manera regular, bebe bastante agua y come entre 3 y 5 piezas de fruta al día, eso te ayudará además a evitar el aumento de peso (otro de los motivos de recaída).
– Relájate: lo más efectivo y sencillo para calmarnos es realizar ejercicios de respiración abdominal o diafragmática, es decir, inhalar aire hasta notar que el vientre se hincha y luego expulsarlo lentamente por la boca.
– No dar nunca una calada: si estás rodeado de gente que está fumando y crees que no te vas a poder contener, aléjate un poco del lugar donde estéis.
5. Busca apoyos
Pide ayuda a familiares, amigos y compañeros para que ni te ofrezcan ni fumen en tu presencia y para que te animen en los momentos difíciles y te feliciten cuando toca.
Recuerda que la vida está llena de situaciones que no son distintas por fumar. El tabaco no resuelve problemas ni hace que nos sintamos mejor, sino más bien al contrario.
Si eres fumador y estás decidido a dejar el tabaco puedes acudir a tu médico de cabecera para que te ayude a conseguirlo.
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