
Mason Jar, el táper saludable
El tarro de cristal propone añadir por capas distintos alimentos nutritivos y coloridos.
Los botes de vidrio son la nueva tendencia healthy que nos llega de Estados Unidos. La idea es que el Mason Jar (nombre comercial de la jarra) contenga todas las propiedades nutritivas que tendría un plato completo preparado en nuestra cocina, basándose sobre todo en alimentos crudos de origen vegetal.
Este envase de vidrio, creado en 1858, además de ser más estético que el plástico tradicional permite conservar mejor los alimentos, ya que posee al cierre hermético (impide que se oxiden los alimentos) y está libre de bisfenoles (compuestos dañinos para la salud) que desprenden algunos plásticos. Igualmente, se puede calentar sin que los alimentos pierdan propiedades, ayuda a controlar las cantidades de comida y permite economizar tiempo (se pueden preparar los tarros para toda la semana en solo un día).
Siguiendo la filosofía del Raw Food (alimentación viva o cruda), los partidarios de este movimiento utilizan productos como frutas, hortalizas, vegetales de hoja verde, germinados, frutos secos, semillas, cereales y legumbres germinados para crear sus fiambreras.
Cómo organizar un bote
- Orden de las capas: la clave está, sobre todo, en la combinación y el orden por capas de los distintos alimentos, con el fin de potenciar las propiedades nutricionales de cada uno de los ingredientes.
– Base: coloca las salsas, ingredientes macerados o aquellos vegetales que puedan soltar un poco de agua con el paso de las horas (si el líquido queda en el fondo no afectará al resto de capas). Encima pon un alimento más consistente, que absorba un poco, como legumbres, verduras crudas como pepino, cebolla o zanahoria.
– Capa intermedia: coloca los ingredientes de mayor peso (pasta, fruta, maíz, remolacha), y los más ligeros encima, hasta llegar a la zona de arriba, que se pondrán siempre los vegetales de hoja. Procura apretar bien las capas para que queden lo más compactas posible.
– Capa superior: puedes añadir semillas, frutos secos y deshidratados para dar un toque crujiente a la ensalada. Al terminar, no aliñes con aceite y sal, ya que esto estropearía la comida y evitaría que se conservara unos días. Si quieres incluir proteína como pollo o jamón, mételo el mismo día que vayas a comerlo para que esté más fresco.
- Combina los cuatro sabores: no optes por un sabor en concreto, ácido, dulce, amargo o salado. Mézclalo todo en una sola receta. De este modo, conseguirás saciar tu sistema nervioso.
- Esteriliza el tarro después de cada uso: de este modo eliminarás cualquier bacteria de la comida anterior (el lavavajillas a alta temperatura es suficiente). Una vez montado, guárdalo en la nevera y protégelo del sol.
- No dejes aire en el interior: si dejas espacios de aire dentro del tarro se perderán algunas vitaminas y enzimas de los alimentos, además, permitirás que algunas bacterias se reproduzcan. Guárdalo siempre en la nevera, intentando resguardarlo de luz solar y de las altas temperaturas.
Aunque esta tendencia sugiere una alimentación viva, centrada en ensaladas, frutas y vegetales que no necesitan recalentado, los Mason Jar también pueden contener sopas, platos principales (estofados, pasta), meriendas, postres, salsas y patés e, incluso, bebidas y zumos verdes.
Los colores y su combinación son importantes para que nos apetezca comer el contenido. ¡Prueba diferentes texturas y sabores!
This post is also available in: Inglés