Salud de la Mujer, la clave de un diagnóstico precoz

Salud de la Mujer, la clave de un diagnóstico precoz


En el Día Contra el Cáncer de Mama, te contamos la importancia de las mamografías.

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres occidentales, siendo diagnosticado en una de cada ocho mujeres. No obstante, según indican recientes estudios, cerca del 40% de los casos se podrían evitar.

Los expertos destacan la importancia de la prevención, siendo piezas clave el diagnóstico precoz, los antecedentes familiares y los factores de riesgo de cada persona.

Es fundamental seguir unos hábitos de vida saludables, someterse a revisiones periódicas y acudir al médico ante cualquier síntoma a modo de prevención.

¿Qué métodos de diagnóstico existen?

El cáncer de mama es uno de los pocos que se pueden diagnosticar antes de percibir síntomas, lo que eleva las posibilidades de curación casi al 100%. Pero, ¿cómo podemos diagnosticarlo?

1. Autoexploración mamaria: se recomienda a todas las mujeres mayores de 20 años realizar una autoexploración mamaria mensual, después de la menstruación. Puede efectuarse ante un espejo y ver si se nota algún cambio de color y textura en los senos. Una vez observados ambos pechos, se palpan en sentido de las agujas del reloj.

2. Exploración física: es el examen periódico realizado por el médico. Después de los 25 años, lo mejor es que un especialista explore las mamas una vez al año.

3. Mamografía: es la técnica utilizada más eficaz para un diagnóstico precoz. Consiste en una radiografía de las mamas para detectar lesiones en estadios muy primarios. Permite incluso detectar alteraciones hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no han invadido en profundidad. A partir de los 40 años es conveniente someterse periódicamente a esta prueba.

4. Ecografía: este chequeo se complementa con la mamografía y, en muchas ocasiones, permite describir con más detalle estructuras intramamarias como los quistes.

Se estima que el examen físico permite detectar menos de un 50% de los tumores, mientras que la mamografía llega al 90%, por lo que se aconseja no ceñirse a un único método.

Las últimas investigaciones parecen demostrar que el riesgo de padecer cáncer de mama se puede reducir realizando ejercicio físico de forma regular (al menos 4 horas a la semana), evitando el sobrepeso (sobre todo tras la menopausia) y el consumo habitual de alcohol.

La mujer debe aprender a conocer bien su cuerpo y, así, apreciar cualquier signo anormal.

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